jueves, 28 de enero de 2016

30 Mil veces volveremos



Presentes, ahora y siempre

Foto: www.elmensajerodiario.com.ar
Por Darío Ferrazzano


El actual Ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Darío Lopérfido, dijo que en la última dictadura cívico-militar en Argentina "no hubo 30.000 desaparecidos".  La atrocidad de estos dichos es tal, que el propio Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, dijo que "el Gobierno Nacional no comparte los dichos de Darío Lopérfido", en una nota a Infobae.

Foto: Archivo Diario La Nación
El hecho de poner en duda la cantidad de personas detenidas, torturada y desaparecidas en el momento más siniestro de nuestra historia, no es otra cosa que intentar retroceder la lucha que se viene dando para lograr enjuiciar y encarcelar a todas aquellas personas que estuvieron involucradas en las desapariciones.

Ha habido intentos por callar y tapar estas desapariciones: recordemos los secuestros en la Iglesia Santa Cruz donde fueron vistas por última vez Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco, fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y las religiosas francesas.  También desde el periodismo se intentó tapar la lucha de las Madres y ni mencionar las tantas descalificaciones a ellas: entre muchas formas eran llamadas las locas de la Plaza.

Luego de recuperada la democracia se logró un primer gran paso: el juicio de 1985 a tres de las cuatro juntas militares y el estruendoso Nunca Más.  Primer gran paso que quedó corto: No se incluía en el juicio a la última junta de gobierno compuesta por el Teniente General Cristino Nicolaides, el Brigadier General Augusto Jorge Hughes y el Almirante Rubén Oscar Franco.  Con el paso del tiempo y los representantes del liberalismo económico en el poder la lucha por la memoria, la verdad y la justicia fue cada vez más solitaria y las políticas de estado de los indultos, la obediencia debida y el punto final, orientadas a perdonar a los genocidas tenían como objetivo cerrar esa etapa de nuestra historia.  Pero para desgracia de aquellos que querían volver a desaparecer a los desaparecidos hubo gente que no se quedó quieta.  Las Madres, Las Abuelas y los Hijos e Hijas de las personas detenidas-desaparecidas siguieron luchando incansablemente en busca de la verdad.

El primer intento por minimizar el número de víctimas del terrorismo de estado en Argentina se dio ni más ni menos que en el juicio de 1985: las Madres reclamaban que se enjuicien por la desaparición, tortura, tormentos y robo de bebes de las 30 mil personas que ellas tenían contabilizadas, la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) a su vez tenía registro de 8.900 casos, mientras que la CIDH (Comisión Internacional de Derechos Humanos) contabilizaba 5.400.  Finalmente el juicio se realizó por apenas 710 personas detenidas-desaparecidas, puesto que en él sólo se juzgaban los casos denunciados y que no estuvieran prescriptos.  Esto fue debido a una ley que establecía la caducidad del delito a los 6 años, es decir que como el juicio se realizó  en 1985, todos los casos denunciados y sucedidos antes de 1979 no fueron tomados en cuenta.  En una entrevista que tuve la oportunidad de hacerle (junto a otras compañeras periodistas) a Evel de Petrini, Madre de Plaza de Mayo, ella nos decía "Acuérdense que Videla dijo: “HUBO TREINTA MIL PUDO HABER CUARENTA MIL”, y todavía dijo que se quedaba corto. Aparte la cifra no es tan importante, porque que desaparezca uno ya es delito, ¿te vas a cuestionar que son quince, que son veinte que son treinta? Nosotras tenemos denuncias por muchos más."
Foto: Darío Ferrazzano

Con el fortalecimiento de la democracia y la lucha continua se logró ampliar la condena a civiles cómplices y que no quedara sólo en los militares que usurparon el poder.  Es así como en 2010 y en una Plaza histórica las Madres de Plaza de Mayo encabezan los juicios públicos a periodistas cómplices con el fin de dejar en claro quiénes y de qué manera colaboraron con la dictadura.

Repudiamos las expresiones del ministro Lopérfido ya que las consideramos otro intento por ensuciar la incansable lucha que los organismos de derechos humanos vienen librando para por fin tener a todos los responsables (civiles y militares) en la cárcel. 

¡NUNCA MENOS, NI UN PASO ATRÁS!

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